27.12.06

Rostros desajustados

La cara de Thuram. Se le escapa el Kun, con ese nombre de machetazo, y el Barça termina empatando un partido que jugó contra la nada, contra una especie de muro blando con el que no supo qué hacer, y que aguantaba las embestidas como si no estuviera allí, en el Camp Nou. La cara de Thuram no era sólo la metáfora de que algo se les había roto después de pasar por Japón. También se le habían destrozado unas cuantas fibras de músculo persiguiendo lo único que hizo el Atlético en toda la noche. Un golpe derribó al gigante.

·
Ronaldinho atraviesa semanas en las que parece haber olvidado el cuerpo a cuerpo y reconcentra su talento en lances de francotirador. Deambula desajustado, como si escuchara la música equivocada. Para brillar, necesita detener el partido completo alrededor del lanzamiento de una falta. Entonces puede apuntar, respirar, disparar, y burlar a Leo Franco, que también necesita un tipo de pausa límite para atajar el balón: a él parece que le resulta imprescindible que la pelota repose antes de nada sobre la cal del penalti; ahí sí que no falla.
·
En los últimos movimientos del brasileño pierden luz los pies y las manos surferas. Los ojos alucinados después de caer en el área sin oír el silbato encierran, más que molestia por no disponer de un penalti, el fastidio de no reconocerse en los propios gestos, infinitamente alejados de los sueños de antes.
·
En el Madrid, después de la noche del Recreativo, a Di Stéfano ni siquiera hace falta verle los ojos: aparece en la presentación de Higuaín encogido, como si prefiriera desaparecer antes que verse obligado a fotografiarse junto a otro golpe de magia. Ante la tristeza de la leyenda en retirada, no sabe uno si alarmarse o admirar al niño argentino, que a pocos centímetros de tamaño derrumbe se largó un: “No me da miedo”.
·
Mientras ver al Barça y al Madrid ha pasado a ser un refinado ejercicio para escrutadores de rostros, el Sevilla juega. Juega al fútbol. Como si todavía les gustara.

Publicado originalmente el 26/12/2006 en Libro de notas.

No hay comentarios: